Dispone de un menú diario (14 euros) bien trabajado y una carta en la que se presenta un amplio catálogo de platos
El número 4 de la calle San Bernardo de Vigo se encuentra en el corazón del Casco Vello, entre la Colegiata y la calle de las ostras. Recuerdo este bajo, a principios de los ochenta, cuando era el Charlot. Un acogedor restaurante de cocina de mucha influencia francesa y trato muy agradable. Cerró antes de acabar aquella década. Pero el local resucitó hace nueve años como Valdevez, con una propuesta gastronómica muy diferente pero que comparte con su predecesor ese afán por tener su propio estilo.
Y en verdad que lo logra. Dispone de un menú diario (14 euros) bien trabajado y una carta en la que se presenta un amplio catálogo de platos tanto para compartir, como su pulpo a la parrilla con aceite de arbequina y módena como para disfrutar en solitario. Una de sus especialidades se basa en carne de vaca vieja de rubia gallega y con esa materia prima veremos propuestas que van desde un carpaccio a piezas nobles a la parrilla. La oferta gastronómica cambia cada temporada y se complementa con un bien escogido surtido de vinos gallegos y nacionales.
La cocina trabaja bien y el servicio está a la altura con un trato atento y diligente. A ello hay que sumar con una decoración ecléctica que juega con elementos de diferentes épocas pero que dan como resultado un conjunto armónico. Así pues, local, servicio, cocina y buena relación calidad precio lo hacen muy recomendable.
