Los usuarios del ascensor de la Alameda do Cruceiro, estrenado apenas hace tres meses por Jácome, no pueden más. Los vecinos de la zona trasladan a La Región sus quejas por la presencia de excrementos humanos, orines y basura que algunos incívicos dejan a su paso, y que el Concello de Ourense no limpia.
Ante la pasividad del consistorio local, se ven obligados a limpiar personalmente los accesos al ascensor, que el fin de semana usan sobre todo turistas.
A las heces se suman orines cuyo olor y suciedad tratan de quitar armados con cubos de agua.
Los incívicos autores de los hechos dejan también a su rastro latas de cerveza y restos de basura que nadie del Concello de Ourense pasa a limpiar un ascensor que las personas con movilidad reducida necesitan utilizar para desplazarse entre las calles Concejo y Progreso.