Cartas al director

Una idea ridícula

Apenas unas semanas restan para la llegada del verano. Con él, el crecimiento de las temperaturas y las patologías asociadas en aquellos pacientes de riesgo. No es, por tanto, “una de las ideas más ridículas que se puede hacer en un salón de plenos” ( G. Jácome) poner en marcha medidas rápidas a corto plazo para adaptar nuestra ciudad a las olas de calor pensando especialmente en los ancianos, niños, personas con discapacidad…

Con todo, el pasado viernes el Partido Popular llevaba a pleno una moción con ideas para desarrollar un Plan Municipal de Refugios Climáticos con políticas como aumentar el número de fuentes públicas, instalar toldos en las calles para generar itinerarios peatonales de sombra, acondicionar las sendas de los ríos o utilizar las bibliotecas municipales como refugios frente a las olas de calor.

El alcalde, perdido en su “euforia” característica, robaba el turno de palabra para gritar a los cuatro vientos que no existían soluciones capaces de ser puestas en marcha este verano. Sorprende porque, como le recriminó la concejal popular, contrasta con sus declaraciones años atrás donde defendía muchas de estas medidas, ya presentes en numerosas ciudades de nuestro entorno.

Además, la moción contemplaba utilizar las galerías comerciales como refugios climáticos. Un intento por dotar a los vecinos de un lugar fresco en verano al tiempo que se fomenta el desarrollo económico de estos espacios. El señor Jácome, dueño de un local en estas galerías, defendía intransigentemente que estos locales representaban “un modelo de negocio caduco que nunca funcionó.” Me gustaría que la prensa de esta ciudad se hiciera eco de sus palabras para que los dueños y comerciantes de estas galerías vean publicada la esquela de sus negocios firmada y pagada por el Concello de Ourense.

No obstante, esta dejadez y falta de respeto va más allá de las medidas y políticas de esta moción. En el último pleno se pone de manifiesto cómo un gobierno, el de Democracia Ourensana, y un PSdeG-BNG, cómplice con su burla, se han convertido en una casta que ni aporta ideas para poner nuestra ciudad a la vanguardia ni facilita que aquellos con interés puedan llevarlo a cabo. Es triste ver cómo la ciudad de Ourense vive en el desgobierno; situación que contrasta con la buena gestión del Partido Popular en la Xunta de Galicia que, tras revalidar una vez más en las urnas el apoyo ciudadano, apuesta por el desarrollo económico y social de Galicia.

Seguiremos, por tanto, sufriendo plenos donde el insulto, el grito y la falta de respeto eclipsan las buenas ideas y el desarrollo de Ourense. Sorprende la dejadez del alcalde como sorprende la paternidad machista de la joven concejal Alba Iglesias, graduada en Derecho, que cuestiona la idoneidad técnica para defender esta moción, que atañe a la Salud y a la Sostenibilidad Urbana, por parte de Inmaculada Moreiras, licenciada en Farmacia y en Tecnología de los Alimentos además de cursos de posgrado y estudios de máster relacionados con las Ciencias de la Salud.

Las palabras del alcalde en el salón de plenos del Concello resonarán este verano entre las calles, vacías de vecinos y vecinas. A lo lejos, una irisación propia de otras latitudes; en el cielo, solo el sol abrasador. Entonces, en la ciudad de las Burgas, se escuchará un ligero susurro: “La idea era absolutamente ridícula”.