Las autoridades sanitarias obligaron ayer a cerrar un restaurante en Vigo después de que una de sus empleadas diera positivo en coronavirus. La empleada, de 47 años, que trabaja como cocinera en el establecimiento sólo los fines de semana (sábado por la noche y domingo por la mañana), comenzó a sentirse mal hace unos días. Tras acudir al médico, se le realizó una PCR cuyo resultado positivo se conocía ayer mismo. El Sergas contactó de inmediato con los propietarios del establecimiento para que cerraran el local de forma preventiva y les citó junto con los empleados para someterse a los test del coronavirus, mientras se ordenaba su confinamiento domiciliario.
Si las pruebas dan negativo, el restaurante podrá reabrir sus puertas el próximo 27 de julio, un plazo que se alargaría en caso contrario, lo que supone un duro golpe para el negocio tras los tres meses de parón y haber retomado la actividad con todas las medidas sanitarias.
La paciente se encuentra de momento aislada en su casa, bajo vigilancia sanitaria, con síntomas. Se trataría además de un caso, en principio, no importado ya que no viajó recientemente fuera de Vigo. Junto al restaurante, el Sergas también habría tenido conocimiento de otros posibles contactos, ya que la mujer compatibilizaba el trabajo en el restaurante con otro en una clínica veterinaria de la ciudad.
