A partir del 1 de enero de 2025, una decena de autopistas portuguesas con peaje pasarán a ser gratis, incluidas tanto la A-24 (Chaves-Viseu), desde la frontera con Feces de Abaixo (Verín), como la A-28, autopista que conecta Valença do Minho con Oporto a través de Viana do Castelo.
El Parlamento luso debatió ayer una propuesta del Partido Socialista luso para la gratuidad de parte de las autopistas, que tenía el apoyo previo de otras fuerzas de izquierda como el Partido Comunista y el Bloco de Esquerda. A última hora, el voto a favor de la extrema derecha portuguesa, Chega, permitió sacar adelante la propuesta de ley, que entrará en vigor el próximo año. También votaron a favor Livre y PAN, y se abstuvo Iniciativa Libera. Solo los socios de gobierno, PSD y CDS-PP, votaron en contra.
Los partidos del Gobierno de Portugal llevaban su propia propuesta, que pasaba por una bajada gradual de los peajes. Chega, que mantuvo hasta el final la indefinición de su voto, acabó apoyando la propuesta de la izquierda, porque, defendió su líder André Ventura, “así lo llevábamos en el programa electoral”. Al carecer el nuevo gobierno de mayoría absoluta, la propuesta salió adelante.
Desde el grupo de gobierno, acusaron a los socialistas de “hipocresía absoluta” por haber traído esta propuesta ahora y no haberla sacado adelante cuando gobernaban, hace escasos meses.
Esta rebaja de los peajes -que contrasta con las propuestas que se han puesto sobre la mesa en España para subirlos- tendrá un coste, según el portugués Jorge Botelho, para las arcas públicas de 157 millones de euros.
Desde 2011, estas mismas autopistas que ahora tendrán gratuidad total ya habían sufrido una rebaja paulatina hasta alcanzar este 2024 un 65% menos que en 2011, cuando los recortes impuestos por la Troika obligaron a disparar los peajes cobrados a los conductores.
Vuelta al peaje en la sombra
Las autopistas que pasarán a ser gratis son las que ya lo eran antes de las imposiciones llegadas desde Europa. Son las denominadas autopistas SCUT (sem custo para o utilizador), que suman 914 kilómetros y que están situadas en su mayor parte en el interior del país, donde el menor desarrollo económico hacía que antes de 2011 (y a partir ahora de 2025) el Estado se hiciese cargo de los costes, en un sistema denominado “peaje en la sombra”. Desde que se pusieron los peajes de pago, por orden directa de Europa, la contestación social fue muy grande, hubo grandes protestas en los últimos años e incluso declaraciones de rebeldía de grupos de ciudadanos, que acabaron presionando para el fin de los pagos.
