VILARDEVÓS

Rubén Fernández, de casa familiar a turismo rural: "Quiero poner A Trabe en el mapa"

Rubén Fernández posa frente a la fachada de la casa familiar, casi terminada tras las reformas (foto: C.L.M.)
photo_camera Rubén Fernández posa frente a la fachada de la casa familiar, casi terminada tras las reformas (foto: C.L.M.)
Nacido en Ermua, pero de familia oriunda de esta pequeña aldea de Vilardevós, Rubén Fernández tiene una meta: convertir la casa familiar en una referencia del turismo rural y un motor de crecimiento para la zona

A Trabe, en la parroquia de Berrande, es uno de los 30 núcleos de población de Vilardevós, a más de 12 kilómetros del centro del concello. En la práctica, 15 minutos en coche por una sinuosa carretera de montaña plagada de curvas. Pero cuando el GPS indica que estamos a punto de llegar al destino, el vial se abre de par en par y se vislumbra perfectamente la finca y la casa de dos plantas en la que Rubén Fernández ha depositado tiempo, dinero y empeño.

Nos encontramos a 848 metros de altitud y las vistas son realmente impresionantes, a pesar de las nubes y la lluvia. La frontera portuguesa está a tiro de piedra. De hecho, “desde aquí se ven unos 30 pueblos, la mayoría portugueses”, me va explicando Rubén. “Y al alba se ve hasta el Padornelo. Mi objetivo es que esto no sea turismo rural sin más, sino una experiencia. Porque, ¿a quién no le gustaría ver este amanecer desde un jacuzzi?”, añade con convencimiento desde una habitación del primer piso de la casa familiar, en la que este vasco muy gallego ha construido una bañera de hidromasaje rodeada por grandes ventanales.

El jacuzzi de su nuevo alojamiento, con unas vistas inmejorables (foto: C.L.M.)
El jacuzzi de su nuevo alojamiento, con unas vistas inmejorables (foto: C.L.M.)

La historia de Rubén es la de tantas y tantas familias gallegas que se vieron obligadas a emigrar. Su padre y su tío se fueron a Zurich a trabajar y, con lo ahorrado, construyeron en el año 1972 esta casa para que vivieran sus padres.

A su vuelta de Suiza, el padre de Rubén se instaló en Ermua, donde  ha vivido toda su vida este hijo único de 41 años, divorciado y con una hija. Sin embargo, pasó todos los veranos de su infancia y adolescencia en A Trabe. Aún hoy conserva el mismo grupo de amigos del pueblo: “La mayoría dice que soy un flipao y un urbanita por querer hacer esto”, reconoce con sorna.

A raíz de la muerte de su padre en el año 2000, Rubén se hizo cargo de sus abuelos hasta que ingresaron en una residencia. “Tras el fallecimiento de mi abuela Esperanza, en el año 2019, le compré a mis tíos su parte de la casa. Siento que estoy conservando el legado familiar, contribuyendo a que un lugar con solo 22 vecinos no muera. Quiero poner A Trabe en el mapa, haciendo las cosas por gusto y con amor”.

Rubén posa junto a la escultura en madera en homenaje a su abuela Esperanza (foto: C.L.M.)
Rubén posa junto a la escultura en madera en homenaje a su abuela Esperanza (foto: C.L.M.)

Durante la pandemia, este trabajador del Grupo Mondragón volvió la vista a sus orígenes, y vio en el hogar de sus abuelos la oportunidad de crear algo nuevo, pero con un gran potencial. “Creo sinceramente que A Trabe y su entorno esconden lugares increíbles, pero poco conocidos. Tenemos la fervenza de A Cidadella, es la zona de Europa con más castaños por hectárea… y en todo Vilardevós no hay ningún alojamiento disponible”.

Tras casi cuatro años de obras y una inversión nada desdeñable, su proyecto de turismo rural está a punto de abrir sus puertas y recibir a sus primeros inquilinos. Fernández no solo ha reformado la casa, sino que también “tuve que poner de acuerdo a 12 herederos para ampliar las hectáreas de la finca, he plantado 60 árboles autóctonos, encargado una estatua en madera de mi abuela, el verinés Álex Araújo está terminando un mural y hasta compré un escudo familiar en piedra”.

Vista trasera de la casa, con el mural a medio terminar encargado al artista verinés Álex Araújo (foto: C.L.M.)
Vista trasera de la casa, con el mural a medio terminar encargado al artista verinés Álex Araújo (foto: C.L.M.)

Ahora tiene una fecha marcada en el calendario: el sábado 18 de mayo. Ese día tiene prevista una fiesta de inauguración por todo lo grande. “Vendrá una banda del País Vasco, tendremos porco ao espeto, pulpeira, bar con empanada, hasta la discomóvil de A Gramola. Es un regalo que hago a todo el mundo por el apoyo recibido”.

Rubén aspira a que esto sea el comienzo de algo más, para él y para A Trabe: “No lo hago para hacerme rico, lo fácil sería apostar por otro sitio. Pero quiero que mi hija comparta esta ilusión, es una vuelta al pasado para mirar con esperanza al futuro”.

Te puede interesar