Carne separada mecánicamente

En los supermercados suelo ir a tiro fijo. Comprar habitualmente vuelve a uno un poco más rápido y selectivo, pero la culpa de esa rapidez la tiene el conocimiento del producto. Cuando tengo tiempo y encuentro productos nuevos o desconocidos, me paro a leer las etiquetas para saber si es un alimento que pueda formar parte de la lista. 

Que quede claro que siempre intento comprar productos frescos, de temporada y lo más sostenibles posible. Pero diversificar mi recetario me lleva a tener que adquirir productos que no entrarían en eses tres conceptos. 

Para hacer unas hamburguesas, por ejemplo, prefiero seleccionar diferentes tipos de carne de calidad y que me las pasen por la picadora. Luego yo en casa, ya me encargo de darles mi toque especial. Pero el otro dia me dejé llevar por la desidia y opté por comprar unos discos de carne envasados en esas bandejas blancas cubiertas con plástico film. Su color brillante, en vez de atraerme, me dice que esa carne está oxidada, pero saber que solo tenía que cocinar y montar, me convenció. Cuando llegué a casa, me fijé en la etiqueta y ponía que era carne separada mecánicamente (CSM). Mi ceño se frunció y anoté el concepto en mi teléfono para investigar. No es que suene muy bien el término. El grado de picado que tenía el disco se asemejaba más a una pseudopasta cárnica. 

La carne separada mecánicamente es un método de aprovechamiento de los cortes de los animales que quedan después del trabajo manual, principalmente, por ser zonas de difícil acceso. Esqueletos de pollo, restos de costilla de cerdo, etc.. que pasan por un proceso industrial para extraerles toda la carne posible. 

Los métodos que utilizan son maquinas con diferentes tamices en las que se introducen estas piezas. Dichas maquinar pueden trabajar de dos formas: 

Carne separada a baja presión: el resultado de la extracción de la carne deja una apariencia semejante a la carne picada. 

Carne separada a alta presión: La carne que se obtiene con este método tiene una apariencia pastosa, dado que sus fibras se han roto por completo y ya no parece carne. 

De una forma o de otra, estas carnes se van a mezclar con otros ingredientes (sales, especias, azucares o aditivos), para obtener resultados finales con las propiedades organolépticas deseadas por los productores. Al trabajar con altas o bajas presiones, la carne resultante ha pasado por tratamiento térmico, lo que hace que ya esté cocinada cuando llega a las neveras o congeladores de los supermercados. Para ser más precisos, no necesitaríamos cocinarlos al llegar a nuestra casa. A efectos de dorado, tostado o sensación térmica, solemos darle el toque que queramos. 

Hamburguesas, salchichas, embutidos o procesados como los conocidos Nuggets. Son elementos de peor calidad, con cantidades altas de grasa y con ingredientes añadidos que no suelen ser buenos amigos de nuestra salud.  

Para quien le interese, no llegue a cocinar dicha pasta de carne. Al final la sustituí por unos filetes de pollo a la plancha, y para la próxima, invitaré a la desidia a cenar para que no vuelva a interrumpir mi búsqueda de la salud.

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