La gestión de los montes comunales como una fórmula para “confrontar os grandes problemas do rural actual, como a sobreexplotación, o despoboamento ou a contaminación”, fue uno de los aspectos abordados en la jornada “A materialidade dos espazos comunais”, que ayer se desarrolló en las antiguas escuelas de Casaio.
La jornada fue organizada por el Consello da Cultura Galega (CCG) dentro del ciclo In Situ, de los Encontros Monográficos co Patrimonio Cultural, con la colaboración de la asociación científica Sputnik Labrego y la comunidad de montes Casaio-Lardeira. Así, la inauguración corrió por cuenta de Rosario Álvarez, presidenta del CCG, junto con tres coordinadores: Carlos Tejerizo, Rebeca Blanco-Rotea y Lara Barros Alfaro.
Ana Cabana Iglesia, de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), analizó la legislación y los problemas que conlleva, como la dificultad para expulsar a personas que no cUmplen los requisitos pero que “moralmente” deberían pertenecer a una comunidad.
A su vez, Jesús Albanrrán Deza, alcalde pedáneo de Ariego de Arriba (León) y miembro de Iniciativa Comunales, abordó los problemas de los comunales de la montaña leonesa, centrándose en la gestión y los recursos natuales, como el pasto, el agua o las fuentes de energía.
David Fontán (USC) planteó una aproximación histórica a los agroecosistemas de Laíño y Dodro, en tanto que Lara Barros Afaro, responsable del Proxecto Mulime, resaltó que el “carácter inmemorial da propiedade veciñal, fundamentada no uso e costume, fan da historia a súa fonte de dereito”. Por su parte, Carlos Tejerizo García, de la Universidad de Salamanca, retrocedió al inicio de los espacios de gestión comunal, que situó en la época medieval y Pablo López Gómez, de la Universidad de Oviedo, habló de las investigaciones arqueológicas en espacios comunales de la montaña asturiana, estimando que permiten “enlazar os estudos do pasado coa situación actual do rural”.
Tercera iniciativa en relación con Carballeda
La presidenta del Consello da Cultura Galega (CCG), Rosario Álvarez, indicó que la jornada de Casaio permitió, por un lado, analizar “os aproveitamentos distintos do comunal galego, como forestais, mineiros ou as alvarizas, entre outros. Interesa mostrar o seu pasado e falar de que o territorio está habitado desde hai moito tempo; aquí estamos falando de máis de 5.000 anos”. También aludió a los tiempos actuales, cuando en estos espacios “vive unha sociedade de transformación na que pode haber conflitos e problemas que hai que solucionar”.
La de ayer no fue la primera vez que el CCG habla de Casaio. Ya lo hizo en 2017, cuando abordó las minas de volframio de Valborraz en Santiago, “e o que supoñían para o territorio e os cidadáns que o habitan”, recordó Rosario Álvarez. Después, viajó a Casaio en 2021 “interesado polo levantamento e o traballo de grupos de arqueólogos sobre a guerrilla antifranquista e outras explotacións. Agora vimos para falar dos espazos comunais”, añadió.
