Opinión

El PSOE descubre que Bildu sigue amparando el pasado de ETA

El dirigente de Bildu y exetarra Arnaldo Otegi ha augurado que dentro de nada las patrulleras de la Guardia Civil dejaran de surcar la ría de Bilbao o de atracar en los puertos y calas del País Vasco, porque su lugar vendrá a ocuparlo la “Armada nacional de Euskadi”, la nación independiente. Y este anuncio coincide con otra efeméride histórica, el PSOE acaba de descubrir la verdadera naturaleza de Bildu, uno de los sostenes del Gobierno de progreso del doctor Sánchez, porque este partido no reconozca que ETA era una organización terrorista, sino una mera organización armada, sin más, una etapa política superada. Claro que como dijo el doctor Sánchez “cambiar de opinión no es mentir”, si bien el ministro Óscar Puente aclaró que Bildu es un partido plenamente democrático, con el que es legítimo todo pacto, incluso para otorgarle el gobierno de una comunidad histórica.

En este contexto, hasta los más benévolos en su juicio a ETA dicen que sus armas se emplearon para responder a la violencia del Estado, por lo que estaban legitimados porque en suma era parte de una guerra. Así lo entiende, por lo visto, el candidato a lendakari Pello Otxandiano, quien al ser preguntado si condenaba la violencia en una entrevista en la radio, y su ETA fue una organización terrorista, se limitó a decir que “ETA fue un grupo, eh... armado”. Los 850 asesinados, de los que 376 quedaron impunes y sin resolver, los 2.600 heridos y los 3.500 atentados no entran en la cuenta, pero el PSOE de Sánchez ha tenido que salir al paso, por si acaso. Y como Bildu tiene su propia respuesta, sale aquello que ETA no existe, que fue una etapa en la que sirvió a la defensa frente al Estado, que todo eso quedó atrás. ETA fue parte de un ciclo político, dice Otxandiano. Sólo eso. Y ahora estamos en otra cosa. Y por eso no deben caer en la trampa de que otros rebusquen en el pasado para seguir usando a ETA como argumento, como ha dicho el propio PSOE del PP, porque ETA no existe.

Menos mal que el candidato del PSOE en el País Vasco, Eneko Andueza, ha reaccionado con desacostumbrada energía con estas palabras: “Estas declaraciones del señor Otxandiano son una bajeza moral y demuestran que es un cobarde. Sé perfectamente dónde estaba él cuando yo iba escoltado por la amenaza de ETA, que es una organización terrorista”. Pero, y eso es lo importante, estas declaraciones de un destacado dirigente de Bildu, no va a alterar las excelentes relaciones que el PSOE mantiene en el Congreso de los Diputados con los miembros de este partido que votaron y apoyan a Pedro Sánchez, y esto es lo que vale, y no el inoportuno recuerdo de los muertos de ETA y su olvido, porque ETA ya no mata. Y como hay que cubrir las apariencias de la indignación, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, pone cara seria y larga un discurso para la ocasión, centrado en el negacionismo del candidato a lendakari por Bildu, y nos recuerda que por algo debían de decíar ayer aquello de la línea roja intraspasable y el “no es no y nunca es nunca”, que dijera el doctor Pedro Sánchez, en cuando entenderse con Bildu, porque Bildu era entonces la voz de ETA.

Y dicho esto para salvar el tipo, seguimos para adelante. Porque en este asunto hay cuestiones pendientes. Tras entregar las prisiones al PNV, agrupar a los presos de ETA, permitir que el Gobierno Vasco les otorgue un cómodo régimen de terceros grados progresivo, o regenerar a los veteranos pistoleros con medidas tan eficaces como cursos de jardinería, queda pendiente lo esencial. Y Otegi lo ha dicho: hay que aprovechar la ocasión para avanzar en lo definitivo, sacar de las cárceles de una vez a sus camaradas que están presos, que sigue siendo un objetivo prioritario. Son patriotas que no pueden ser olvidados y que su sacrificio haya sido en vano de patriotas que se inmolaron para alcanzar los objetivos que ahora se pueden lograr por otras vías. Y en ello se empeñan, convirtiendo su discurso en un gran alegato por el progreso, la libertad, la ecología, porque los 850 muertos ya están enterrados. Los 3.500 atentados y los 2.600 heridos son cosas del pasado.

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