Con futbolistas, políticos, artistas, economistas, empresarios, actores, escritores, catedráticos, equilibristas y todo personaje con papeletas para caer en el folio de cualquier género periodístico no conviene acercarse más allá de la cortesía y de la relación profesional. Es la manera de evitar disgustos y malentendidos, además de liberar a la tecla de cargas, de más o de menos.
Hay peña abrazable y Besteiro transmite buen rollo
En la sección de Deportes cuando toca puntuar la actuación individual en un partido los compañeros se ven en un compromiso si el juego sale cuadrado y el cate lo merece el deportista que te conecta al vestuario. En un artículo de opinión, aunque no pretenda pasar de anécdota, en cierta manera se sientan las costuras del protagonista. Con José Ramón Gómez Besteiro, ya secretario xeral del PSdeG once años después de tomar el mando por primera vez, ocurre que es difícil cruzarte con él sin salir abrazado y no porque ponga más empeño que el interlocutor. Hay peña abrazable y Besteiro transmite buen rollo. Nada más regresar a la primera línea política tras la pena de siete años de sospecha por una chapuza judicial que resultó archivada, en la foto de la entrevista que le hizo La Voz de Galicia apareció sentado con dos señoras que pasaban por la calle.
Besteiro es riquiño, un político que puede aportar sensatez y experiencia a la convivencia política que pretende el presidente Sánchez. Podría, pero no va a servir de nada. Ayer anunció que en la próxima sesión de control al presidente de la Xunta preguntará en el Parlamento a Alfonso Rueda por su intención de sumarse al proyecto de regeneración democrática o si va a seguir “la doctrina Ayuso de la crispación y las descalificaciones”. “La esperanza es lo último que se pierde”, contestó cuando le refrescaron las declaraciones de Rueda sobre la decisión de Sánchez de seguir en la presidencia de Gobierno tras una pausa de cinco días. Rueda le dirá que sí a todo lo que propone mientras vaya como marcan los 40 diputados del PP, mayoría absoluta que le acaban de dar los gallegos. La actividad parlamentaria es importante, pero la mejor baza del líder del PSdeG está en la calle, abrazando a muchos gallegos y a muchos militantes para que dentro de cuatro años todos los que dicen “a mí me gusta Besteiro” le den el gusto en las urnas.
