Ucrania y Rusia miran hacia el exterior. El resultado de la guerra depende en gran parte de la llegada de la ayuda internacional, sobre todo en el caso de Ucrania, que ha vivido semanas de angustia mientras el Congreso de Estados Unidos se resistía a incrementar el presupuesto necesario para continuar la ayuda a Zelenski. Pero también Rusia tiene problemas. Su potencial bélico es muy superior al de Ucraniano, pero así y todo insuficiente para ganar la guerra que emprendió contra Ucrania hace dos años al invadir territorio ucraniano con el objetivo de apoderarse definitivamente de los territorios que todavía hoy ocupa ilegalmente, el Donbas, Donesk y Crimea. La prueba de que Rusia no se ve capaz de ganar a Ucrania sin la ayuda internacional es que Naciones Unidas ha informado de la utilización de misiles norcoreanos por parte de las tropas rusas.
Ucrania tiene una dependencia casi total de Estados Unidos, sin la ayuda de Biden no podrá ganar la guerra, y teme que Trump se convierta en el próximo presidente americano porque el candidato republicano y expresidente defiende la cancelación de suministro militar a Ucrania, que afecta sensiblemente al presupuesto de Estados Unidos y en determinados sectores produce un profundo rechazo porque considera que tendría que dedicarse a asuntos que benefician a los ciudadanos americanos.
Ucrania se queja de que no le llegan los misiles antiaéreos prometidos por el gobierno de Biden, y no puede neutralizar los ataques de misiles y drones rusos. Por otra parte con el fin del invierno los carros de combate rusos se encuentran ya en condiciones de utilizar caminos rurales para avanzar. Han dejado de ser barrizales y los tanques puede llegan a casi cualquier punto del territorio ucraniano. Zelenski se duele especialmente de la reticencia de Alemania a enviarle misiles taurus, que considera indispensables para vencer a Rusia.
Ucrania ha cometido errores en su estrategia militar, como denuncian todos los analistas; errores que ha permitido a Rusia adentrarse en Ucrania y atacar objetivos estratégicos. En los últimos días, el puerto de Odessa.
La guerra de Ucrania demuestra que no hay adversario pequeño. En este caso, Ucrania. Se enfrenta con arrojo al gigante ruso, pero su punto débil es la excesiva dependencia de la ayuda exterior. Y con unas elecciones presidenciales en Estados Unidos, y otras en la Unión Europea, es difícil para los gobernantes incrementar esa ayuda cuando son tantos los problemas internos a resolver: dedicar miles de millones de dólares o euros a Ucrania puede tener consecuencias importantes en las urnas.
