Obituario | Hasta siempre, don José

Amigas y amigos:

El día 22 de enero despedíamos, en la iglesia de Santa Eufemia de la ciudad, a don José Canal, el cura de Allariz. Cuando se jubiló publicamos lo que a continuación decimos y hoy nos gusta recordar.

En los susurros del Arnoia y la atalaya del Penamá resonarán durante muchos años la seriedad, la responsabilidad y la palabra encarnada de don José Canal. A Merca, el Arnoia, el Penamá, Allariz y Torneiros, en armonía, pulsaron las finas cuerdas de la fecunda vida de un cura siempre parco en palabras y generoso en obras. Estas finas cuerdas crearon la partitura de una gran sinfonía que exalta la figura de don José Canal Sánchez, el cura de Allariz.

Da la primera nota José en el bonito pueblo de Zarracós, del Concello de A Merca, el día 4 de enero de 1931. Bien afinado en el hogar y la escuela, ingresa en el Seminario Menor de Ourense, donde ejecuta los primeros compases del latín y las humanidades. Y con la mente bien amueblada y el corazón bien equipado, llega al Seminario Mayor con la esperanza de ser un buen sacerdote, meta que alcanza el 29 de junio de 1957.

Los primeros compases del novel sacerdote irradian alegría y serenidad en las parroquias de la artística Ribadavia, la antigua Barxés y la emprendedora Maside, sucesivamente. En ellas, con corazón y tesón, continúa durante estos primeros años de sacerdocio afinando las cuerdas de su estar consagrado, de su ser cristiano y de su saber humano. Sin desafines ni estridencias, sin buscar aplausos ni “vivas”, vive el evangelio en Allariz, en tiempos de bonanza y en tiempos de tormenta, durante 42 años. Siempre vivió don José suplicando: “A min dáme cumes que alcanzar e atardeceres que non sexan deste mundo. Dáme cores no ceo infinito coas que soñar toda a noite. Dáme unha tarde para lembrar só o importante. A min dáme unha experiencia inesquecible. A min dáme evanxeo, dáme vida que trascenda”.

Durante 42 años, en Allariz, don José administra sacramentos, reparte bendiciones, predica novenas, asiste a enfermos, consuela a ancianos, socorre a transeúntes, educa a niños, orienta a novios…, goza y padece con todo el pueblo. Y siempre apreciado por todos, y siempre ayudado en la liturgia, en la caridad, en la ornamentación de los templos y en la toma de decisiones, por sus muchos colaboradores.

Durante 42 años se sintió acompañado por los salesianos de Don Bosco. Así, centenares de veces recorre don José la calle Entrecercas y la plaza do Eiró, que le acercan a Don Bosco y a María Auxiliadora en la iglesia de San Pedro. Así, centenares de veces recorren los salesianos O Portelo, A Fonteiriña, A Barreira y Vilanova, que les llevan a colaborar con el cura de Allariz. Así, muchos años estuvieron a su lado los salesianos don Amable, don Albino, don Ángel, don Cayetano, don Esteban, que le precedieron en el camino.

Durante 17 años, publica don José la hojita A Sementeira, en la que siembra, en el pentagrama de Allariz y Torneiros, las notas más vibrantes de cada mes. Allí, junto a la imagen de la Virgen de Vilanova, en septiembre de 2011, escribe: “Cuando de hinojos, Reina y Madre, miro vuestra divina imagen, en madera, barro y color, la propia vida diera para dárosla a vos…”. Allí, cada mes de julio, invita a imitar a san Benito en su “ora et labora”. Allí va informando de las campañas de oración y solidaridad, y de lo recaudado en dichas campañas, que son siempre las notas más sonoras de las parroquias de Ourense. Allí da a conocer el servicio prestado en la Casa Parroquial de Transeúntes, casa que era la niña de sus ojos.

Siempre estuvo don José vinculado al monasterio de Allariz, donde, como las hermanas clarisas, alababa al Señor por la creación entera: por el sol y por la luna, por el viento y las estrellas, por el agua y los almendrados…, la empanada y por las gentes de su tierra.

Durante más de 20 años, atendió también la parroquia de San Miguel de Torneiros, donde sirvió como en Allariz; donde fue querido como en Allariz; donde armonizó, en las grandes festividades, con su amigo el salesiano José Rodríguez Pacheco, ilustre músico del pueblo.

Amigas y amigos, el día 17 de marzo de 2018 Allariz vibró con acordes de agradecimiento y compases de despedida; despedía, agradecida, a quien, durante 42 años, fue su guía, con su seriedad, sus palabras y su vida. El día 22 de enero de 2025, todos cantamos, agradecidos, en la Iglesia de Santa Eufemia: ¡Hasta siempre, don José!