Los autónomos mayores de 65 años ya superan en Ourense a los que tienen menos de 30

"TENDENCIA PREOCUPANTE"

Preocupa el envejecimiento de la edad de los autónomos en Ourense entre un colectivo que reclama “dignificar el espíritu empresarial” frente a la “cultura de opositar”

Un hostelero atiende a unos clientes en una cafetería de la ciudad.
Un hostelero atiende a unos clientes en una cafetería de la ciudad.

El rastro del Ourense emprendedor, antaño cuna de propietarios dentro y fuera de las fronteras provinciales, se borra con el paso del tiempo. Así lo revela el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), una estadística que merma mes a mes en el caso ourensano y que ya el pasado agosto recogió a más autoempleados de 65 años en adelante que profesionales por cuenta propia menores de 30. Es decir, los autónomos en su última fase laboral, aquellos que ya deberían pensar en disfrutar del descanso remunerado que aporta la jubilación, superan a los jóvenes de 16 a 29 años que inician sus carreras empresariales. El grupo sénior suma 1.338 integrantes y el colectivo novel, 1.163. “La tendencia es preocupante”, asegura Rafael Granados, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) de Galicia, porque ahora mismo las canas tiran del carro emprendedor.

La pregunta cae por su peso: ¿por qué se produce esta situación? Granados reflexiona sobre este fenómeno en base a la experiencia que le proporcionan los 12.000 afiliados gallegos a la entidad que preside. Diariamente está al tanto de casos de todo tipo en los que se entremezclan variables personales, económicas, legales o sociológicas. En el caso de los mayores de 65 años que deciden prolongar su vida laboral “hay una razón evidente: son muchos los autónomos que cotizaron por la mínima y que se dan cuenta de que la pensión de jubilación no les da para vivir, no les llega, por lo que alargan la actividad”. Además, a esa edad las oportunidades en el empleo asalariado se reducen al mínimo.

La situación no es reciente –“en la última década se perdieron un 25% de los autónomos menores de 45 años y se dispararon un 125% los mayores de 65”-, pero se agudizó tras la guerra de Ucrania. Este conflicto marcó el inicio de una desbocada carrera inflacionista a pesar de los esfuerzos del Gobierno central por revisar las pensiones al alza. El comercio, apunta, es un sector que ilustra esta tendencia.

La segunda parte del argumentario tiene a los jóvenes en el punto de mira. “No asumen riesgos, prefieren opositar”, dice Granados. “Hay que cambiar la mentalidad y eso es un poco complicado”, corrobora Noelia Rodríguez, presidenta de los jóvenes empresarios (AJE) de Ourense. En ocasiones, añade el responsable de ATA Galicia, “es el propio autónomo el que le dice a su hijo: ‘Dedícate a otra cosa, búscate algo seguro”. De ahí la “mala imagen” que proyecta un colectivo compuesto por miles de sufridores o valientes, según se tercie, que deben salir adelante a pesar de la “burocracia” y las “continuas subidas de costes y cargas fiscales”. Granados es consciente de que se transmite “más lo malo que lo bueno”: “Trabajar para uno mismo tiene muchas ventajas, pero hay que verlas. La primera de ellas es que no tienes que darle explicaciones a nadie. La segunda es que puedes decidir cuándo cerrar para conciliar tu vida laboral con la familiar. Y la tercera es que constituye una gran experiencia profesional y vital”.

Plan de emprendimiento

El presidente de ATA España, Lorenzo Amor, lanzó un dardo al Gobierno hace un año cuando señaló que “se está demonizando la figura del emprendedor y el empresario”, lo que alerta a muchos jóvenes a no emprender. Y para revertir el envejecimiento del colectivo, Amor solicitaba “un plan de fomento del emprendimiento juvenil, un programa que en primer lugar dignifique el espíritu empresarial”.

La tercera causa es sociológica: la natalidad está en declive, sobre todo en una provincia en la que el pasado mes de julio registró la mayor caída de nacimientos (-8,3%) de todo el país. Galicia también bajó en este apartado (-3,3%), pero curiosamente España subió, aunque ligeramente (0,4%), por primera vez en una década. En pura lógica, tiene que haber menos emprendedores jóvenes porque hay menos jóvenes. Y es que el fenómeno del envejecimiento emprendedor no solo se da en los tramos opuestos de edad, también en los intermedios. Por ejemplo, hay casi el doble de autoempleados en la cincuentena (6.808) que en la treintena (3.542). De hecho, el bloque de trabajadores por cuenta propia de 50 a 59 años es el más numeroso de la provincia, lo que quiere decir que si no se produce el anhelado relevo generacional, la estadística del RETA quedará en la espina en los próximos 10-15 años. Entonces solo estará sustentada por el segundo grupo más numeroso de autónomos: el de los que hoy tienen entre 40 y 49 años y que suman 6.521 profesionales en Ourense.

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