Los propietarios de bajos de la provincia de Ourense, obligados a medir el nivel de radón

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El 90% de los locales de la provincia deberán medir sus niveles de radón. Ourense es la ciudad gallega con más afectación, las mediciones en viviendas indican que el 23,15% están expuestas a este gas

92 concellos ourensanos proclives a las máximas concentraciones de gas radón y que por tanto son de actuación prioritaria.
92 concellos ourensanos proclives a las máximas concentraciones de gas radón y que por tanto son de actuación prioritaria.

Una nueva normativa europea que entró en vigor en junio obliga, desde este otoño, a las empresas y negocios que tengan locales en sótanos y plantas bajas a hacer mediciones de gas radón -un gas que tiene una relación lineal en el desarrollo de cáncer de pulmón-, dentro de su plan de Prevención de Riesgos Laborales.

Todos los municipios de la provincia de Ourense se ven afectados, ya que presentan unos niveles de radón que los hacen ser de actuación prioritaria ante esta medida. De ellos, 82 son proclives a las máximas concentraciones de este gas, mientras que los 10 restantes -A Rúa, O Barco de Valdeorras, Castrelo do Val, Laza, Oímbra, Rairiz de Veiga, Rubiá, Verín, Viana do Bolo, Vilamartín de Valdeorras- se sitúan en un nivel algo inferior, pero que ya supera el límite permitido.

El nivel máximo de concentración de radón se sitúa en españa en los 300 bequerelios por metro cúbico

El nivel de referencia establecido, es decir, el promedio anual de concentración de radón que se contempla como máximo es 300 bequerelios por metro cúbico, atendiendo a la cifra establecida por el Consejo de Seguridad Nuclear. Una cota que es superior a la permitida en otros países, como es el caso de Irlanda, donde el tope se sitúa en los 200 bequerelios por metro cúbico.

Precedentes en viviendas

En un primer momento, las mediciones de radón ya se realizaron en domicilios y fue entonces cuando se confirmó que Ourense es la primera ciudad gallega en afectación con un 23,15% de las viviendas expuestas a este gas. Por otra parte, se demostró que las mayores concentraciones de radón se dan en los lugares más cercanos al subsuelo: bajo rasante, planta baja y primera planta, que son precisamente donde suelen ubicarse los negocios y empresas. Es por ello que el 90% de los locales comerciales deberán someterse a las mediciones de este gas, ya que el 10% restante se encuentra situado a mayor altura.

“Estamos en la segunda etapa de concienciación, porque es cierto que, lógicamente, pasas mucho tiempo en tu vivienda, pero también pasas mucho tiempo en tu puesto de trabajo”, explica Javier López, ingeniero de caminos en BMI, quién señala que el objetivo es “incentivar que, por parte de la inspección de trabajo, que forme parte de un elemento más de la prevención de riesgos laborales”.

Medidas necesarias

Las mediciones deben realizarse con lo que se conoce como detector de trazas, un dispositivo que tiene que colocarse en un lugar adecuado durante tres meses. Una vez pasado el tiempo, el laboratorio comprueba los resultados y hace un informe acreditado que debe enviarse al empleador, que tomará las decisiones de mitigación si es el caso. “Hay empresas que se encargan de instalarte este sistema y después ya son ellos mismos los que te realizan los informes necesarios en los que se ve la concentración media anual”, indica López.

Los detectores que deben instalar los comerciantes en sus locales tienen un coste de entre 35 y 40 euros más IVA

La concentración de este gas depende de muchos valores de temperatura y presión. “Es muy variable porque, además, es un gas que se desplaza muy rápidamente con pequeñas diferencias de presión”, asegura López, que indica: “si tú quieres hacer unas mediciones correctas, lo más interesante es que lo hagas durante los meses de noviembre, enero, febrero, marzo, en ese entorno”.

El sector comercial de Ourense todavía tiene dudas sobre la implementación de esta medida, el presidente del CCA Ourense Centro, Luis Rivera, señala que “si se trata de una medida para asegurar nuestra salud, siempre es bienvenida”. Con todo, les preocupa la cuestión económica, sin embargo, el gasto rondaría los 35-40 euros. Los expertos consideran que es un gasto mínimo y que “hay que sumirlo como una prevención de riesgos laborales”. “Si una persona trabaja ocho horas al día ahí, durante cuatro días, durante cinco días, a la semana, pues lógicamente hay que garantizar que ese entorno está libre de concentración”, indica López, quién asegura que los clientes pueden estar tranquilos, ya que su tiempo de exposición no conlleva consecuencias.

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