El extendido llantén

Plantago lanceolata.
photo_camera Plantago lanceolata.
El llantén menor, de nombre científico Plantago lanceolata y conocido también con el nombre de siete venas, posee una robusta raíz con un gran número de raicillas de color amarillento


El llantén o Plantago es el nombre genérico de una planta herbácea perenne de origen euroasiática, actualmente naturalizada por todo el  mundo, perteneciente a la familia de las Plantagináceas. Tanto sus hojas como sus semillas son comestibles y, además, poseen muchas  propiedades medicinales. Las hojas sirven para el consumo humano,  crudas en ensalada o cocidas, o para alimentación de conejos,  pájaros enjaulados y aves de corral. Su nombre deriva del latín plantaginem y significa “planta del pié”, quizás por la comparación  de la forma de las hojas y de sus nervios longitudinales, con el pie  humano. En Galicia, donde es muy frecuente, hasta el punto de  confundirse con una mala hierba, hay varios tipos de este género.  Todos tienen, prácticamente, las mismas aplicaciones. Florecen en  primavera y en verano. 

El llantén menor, de nombre científico Plantago lanceolata y  conocido también con el nombre de siete venas, posee una robusta  raíz con un gran número de raicillas de color amarillento. Las hojas,  lanceoladas, se disponen en una roseta basal que brota de la parte  subterránea del tallo. Crecen hacia arriba y son persistentes, también  en invierno. Presentan de tres a siete nervaduras paralelas muy  manifiestas. Del centro de la roseta basal de las hojas surgen tallos  florales que portan inflorescencias a modo de espiga, con las flores,  bancas, pequeñas y numerosas. Los estambres sobresalen largamente  de la corola. El fruto es una cápsula con dos semillas. Crece en  prados, terrenos incultos, taludes, bordes de caminos y terrenos  húmedos. 

El llantén mediano o Plantago media vive en praderas secas,  pastizales, bosques claros, matorrales y laderas rocosas. Posee una  larga raíz. Las hojas, que crecen en roseta a ras de suelo, son anchas,  enteras, ovales, pubescentes y presentan de cinco a nueve nervaduras  paralelas evidentes. Del centro de las mismas surgen tallos florales  erectos que portan espigas con flores pequeñísimas, blanco plateadas  y con estambres que sobresalen largamente de la corola. El fruto es  una cápsula ovoide. 

Una especie similar es el llantén mayor o llantén de hoja ancha,  Plantago major, conocido en gallego como chantán, chantaxe maior, coroeola o lingua de vaca. Se diferencia del anterior por su espiga  cilíndrica y por sus hojas largamente ovaladas, grandes y ligeramente  dentadas, con tres a seis nervaduras longitudinales. Presenta  numerosas raíces amarillentas. El fruto porta semillas de color pardo. 

Otra especie presente en Galicia es el chantaxe de mar, Plantago  maritima o llantén marino, de hojas lineares y lanceoladas, más bien  agudas, carnosas y rígidas. Crece en acantilados y marismas. 

Uno de los primeros datos que disponemos de los llantenes resalen al  sigo I d.C., en la obra “De Materia Médica”, del eminente médico de  la antigua Grecia, Dioscórides. Allí se dice que el llantén mayor, es  más útil que el menor, describiendo diversas preparaciones y modo  de empleo de hojas, raíces y semillas. 

Para estos usos, las hojas deben recogerse de mayo a septiembre,  durante el periodo de floración. Se deben secar en lugares ventilados  y sombríos. Son depurativas, antibacterianas y antiinflamatorias.  Tienen también efectos balsámicos, pues combaten, la tos, la  bronquitis leve y la irritación de garganta. Se usan, asimismo, para  tratar enfermedades hepáticas y trastornos gástricos; de hecho, tanto el extracto acuoso como el alcohólico de llantén mayor presentan  una actividad gastroprotectora similar al omeprazol, constituyendo un  recurso importante, como terapia alternativa, sobre todo en países  pobres donde escasean las medicinas o los tratamientos médicos  tienen un precio elevado. Además, por sus propiedades diuréticas  ofrecen la posibilidad de perder peso, siempre que se haga  paralelamente a una dieta equilibrada y al ejercicio diario. También  se usa de forma externa para combatir herpes, eccemas y  conjuntivitis. 

Los extractos de llantén poseen también poder astringente. Son  beneficiosos en casos de diarrea. Se aplica como antihemorrágico.  Algunos autores señalan que son eficaces en caso de hemorragias  nasales. En la medicina tradicional se usaba como antiinflamatorio  tanto en forma de colirio como para gargarismos y en cataplasmas en  caso de heridas. Con las hojas se pueden elaborar infusiones con  leche o cociéndolas en alcohol puro o vino blanco. También se pueden hacer jarabes poniendo a fuego lento hojas frescas troceadas,  azúcar moreno, miel y agua, que son eficaces depurativos,  reconstituyentes y expectorantes suaves. 

Antiguamente, en caso de hemorroides se preparaba un ungüento de esta planta machacando hojas frescas y añadiendo el jugo que  sueltan a la manteca de vaca derretida. 

Todavía, el uso del llantén, como el de todas las plantas, es preferible  hacerlo bajo control médico.

Te puede interesar