Aumentan las familias que requieren la ayuda de Cáritas

El cada vez más elevado coste de la vida favorece el aumento del número de personas que recurren a Cáritas de O Barco de Valdeorras en busca de su socorro. En lo que va de año fueron 34 las familias que se dieron de alta, elevando hasta los 438 los miembros que se beneficiaron con la solidaridad de la ONG diocesana, recibiendo algún tipo de ayuda, desde alimentos hasta ayuda para pagar el alquiler o mismo el recibo de la luz. Un año antes, entre enero y junio, fueron 419 los beneficiarios. Los datos que maneja la trabajadora social de Cáritas barquense, Isabel Álvarez, hablan de 34 altas de familias en los seis primeros meses de 2024, que se suman a las 138 anteriores. También indican que en este mismo periodo acudieron 20 transeúntes, un número muy parecido al de 2023, cuando por la oficina de la calle Valorca, próxima a la iglesia de Santa Rita, pasaron 19. A su vez, la cancelación de la ayuda que los necesitados barquenses recibían de la Unión Europea en forma de dos repartos anuales de alimentos redujo el número de servicios. La supresión persigue que las ayudas se den en forma de vales de compra. Un apartado en el que no se aprecia ningún descenso, pues más bien se da la situación contraria, es el de las cantidades destinadas a ayudar a las familias ante casos de emergencia social, como son los impagos de alquileres, los avisos de cortes del suministro eléctrico o de agua. Con recibos de más de 400 euros mensuales se vuelve muy difícil afrontar el pago del arrendamiento de una vivienda para unas familias que tienen muy difícil encontrar un piso por carecer de los “papeles” exigidos por los propietarios para garantizar el cobro. Los casos de emergencia social se llevaron 2.733 euros este año, siendo 15 las situaciones afrontadas y más de la mitad, siete concretamente, se corresponden con otros tantos recibos de alquiler. En el ejercicio anterior, este mismo dato se vio reducido hasta una docena de emergencias y para superarlas Cáritas hubo de aportar 1.975 euros. Isabel Álvarez aprovechó la ocasión para comentar que se aprecia un incremento de la llegada de familias y que estas cada vez están formadas por un mayor número de miembros. Una solidaridad que va a menos Las ayudas procedentes de otras entidades permiten mantener hasta cierto punto el almacén de alimentos de Cáritas, donde ciertos artículos, casi convertidos en artículos de lujo como sucede como el aceite de oliva, no se ven desde hace muchos meses. Con unas famlias que cada vez solicitan ayuda para más miembros hay artículos que comienzan a escasear, tal y como sucede con las galletas para los más pequeños. La Fundación Amancio Ortega, el ponferradino Banco de Alimentos del Sil, o la Junta de Castilla y León, con su donación a la diócesis de Astorga de leche de la marca “Tierra de Sabor”, ayudan a conseguir que las estanterías de Cáritas no se vacíen por completo. La fuerte caída de las donaciones, como la que acusó la “Operación Kilo”, no facilita la atención a todas las peticiones de ayuda. La cada vez mayor presencia de población extranjera en la villa también se aprecia en el aumento de colectivos como el colombiano (96 personas), marroquí (83) y venezolano (36). Algunas de estas personas se dirigen a Isabel Álvarez en busca de un empleo, generalmente de empleada de hogar o cuidadoras de personas de la tercera edad. La trabajadora social cuantificó en 29 las altas de búsqueda de trabajo registradas en 2024.