Entroido 2023: Los peliqueiros, raza y sentimiento en Laza

ENTROIDO DE LAZA

Laza celebró el Domingo de Estrea, día en el que los peliqueiros ponen el traje por primera vez en el año. Decenas de ellos corren por las calles y esperan a los feligreses a la salida de misa para hacer sonar sus chocos

Laza vive su Domingo de Estrea

Nervios e ilusión. Así se levantaron ayer los lazanos. Y es que en toda casa en la que hay un peliqueiro estaban deseosos por la llegada del Domingo de Estrea. Con elegancia y con cada mínimo detalle cuidado, los peliqueiros salieron de sus casas vestidos impecables. Y al poner la máscara, dieron comienzo a su día grande.

A media mañana ya se podían escuchar por las calles de Laza el resonar de los chocos, con elegancia y mimo. Decenas de ellos se fueron congregando para presumir entre la gente. Mientras, en las calles del municipio, Cimadevila y Souteliño se escuchaba la música de las charangas Vaite Xa y Europa, que animaron a los entroideiros para comenzar la jornada.

A la salida de misa, los feligreses fueron recibidos por los grupos de peliqueiros, que hicieron sonar sus chocos a las puertas del templo religioso. La emoción no solo la llevaban por dentro cada uno de los peliqueiros, también los vecinos de Laza, a quienes se le pusieron los pelos de punto al contemplar a los reyes del Entroido.

Tras la salida de misa llegó el famoso reparto de la bica de los peliqueiros, un momento que no se pudo vivir el pasado año debido a la situación sanitaria derivada del coronavirus. Este año, por fin, volvió la bica a Laza, de mano en mano los entroideiros la degustaron. Fueron las galegas las que la llevaron a los entroideiros. Eso sí, iban bien custodiadas: por los peliqueiros.

La cita dominical continuó por la tarde, con el desfile de las carrozas típicas de Laza y con las charangas Vaite Xa y el grupo tradicional Os Varacuncas amenizando el ambiente. La música continuó con la charanga Los Támega a las 20,00 horas y con verbena al entrar la madrugada con la actuación del Grupo JB Son.

Un año más, Laza lo volvió a hacer: contemplar atónitos a los peliqueiros. “Da igual os anos que pasen e as veces que vivamos este momento, sempre é máxico e especial”, aseguran. Y si, porque así lo hacen posible ellos, con su porte, su elegancia y su raza.

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