La avaricia rompe el saco, Pedro

Parece que el origen de la expresión está en una fábula de Esopo: “Un perro llevaba un trozo de carne en la boca. Se reflejó en el agua de un río y, en su propio reflejo, creyó ver a otro perro con un trozo de carne más grande que el suyo. Quiso robárselo y, cuando se inclinó en el agua para quitárselo, se le cayó el trozo de carne y lo perdió”. En todas las facetas de la vida terrenal el ansia por conseguir algo desmesurado frustra la obtención de una ganancia aceptable. Lo que se traduce en que tener demasiada ambición hace que al final no ganemos nada, ni lo más grande ni lo más pequeño. Explicación para advertir a alguien de que es el momento de abandonar una actitud demasiado ambiciosa. El que todo lo quiere, todo lo pierde.

En el día a día de la política española, aún en pleno agosto, los acontecimientos, como si de la fábula de Esopo de trataran, se suceden. Cambiaría fábula de Esopo por fábula Sanchista, y lo comprendemos a la perfección. Pero a mayores, en la fábula Sanchista, quien pierde no es el perro, es el conjunto de los españoles por culpa de un fabulador poseído por un afán desmedido de permanencia en la Moncloa, que hasta es capaz de vender a su... Y es que Sánchez en su interés personalista está llevando a romper el saco de los apoyos de los suyos, que ya se le están rebelando. Estamos delante de una “secesión fiscal”, y como cuando de dinero se trata todos somos de la misma religión, la gente se rebota. Los pasos de Sánchez, como los del perro de la fábula, conducen a la frustración en el afán de la obtención de lo que le sería una ganancia más que aceptable.

No todo va ser parecido, a partir de agosto, en la política española. No recuerdo un agosto, ya no sólo tan importante, sino tan trascendente, como en el que estamos. Cataluña, ya sea con la complicidad de ERC por un lado y por lo que quiera hacer el prófugo de Waterloo, trascenderá a nivel estatal. Pero ello es así porque Sánchez lo quiere y no repara en su fábula. Financiación catalana a la carta. Desaparición de la igualdad y la solidaridad entre CC.AA, tras acuerdo bilateral. La simbiosis entre disciplina de voto y democracia no es eterna. Ir hacia una España Federal no es asunto de un Presidente en situación de apuro y por pura conveniencia. Y toca esperar la farsa de Puigdemont, después de siete años de prófugo de la justicia.

El perro en su ambición desmedida, de hacerse con un trozo más grande, lo perdió todo. Sánchez, que no es perro, sin embargo siente que está perdiendo, al menos la confianza, de los suyos por hacerse con el gobierno de Cataluña, debido al precio que le piden, y de paso continuar como presidente del Gobierno de España, tras un año de inacción. Si el perro de la fábula de Esopo hablara, con la experiencia adquirida, le diría al oído a Pedro que la ambición rompe el saco y que el que todo lo quiere, todo lo pierde. Que no estire más la pierna cuán larga sea la sábana. Cuidado con las mentiras como cambios de criterio. La política, como geometría variable, es de aplicación ocasional oportuna, no como modelo perpetuo. Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar. Si le das un trozo de carne más grande, que lo que le corresponde a un perro, a los demás les toca menos. La conclusión es que todo en esta vida es política, hasta la ambición del perro, que sin darse cuenta (o sí) lo que ambicionaba era a costa de quitárselo a otro…