Escenas en la ciudad, y amigos en A Rabeda, Allariz y Cartelle

Publicado: 21 oct 2024 - 02:30

No parecía ni mendigo, ni drogata, un joven que sentado en plena rúa do Paseo, que si fuera en pretéritos tiempos calle del falangista José Antonio Primo de Rivera se diría, daba gritos suplicando comida. Desgarrador para cualquier viandante...pero nos hemos insensibilizado por la rutina y las escenas las sofocamos en nuestra conciencia, que de nada se sorprende; la sosegamos con un, en este caso: ese tío está chalado. O ese otro que suplica a usuarios, en terrazas acomodados, una ayuda para cenar y al ser ignorado, se va gritando que a él no le da nadie. Desgarran estas escenas y no podemos acallar nuestras conciencias con eso de que si les damos es para la droga.

Una vespertina, soleada y tibia visito, a pedaladas transportado, en su aldeano retiro de Moredo, no más que aldehuela del Val da Rabeda, pero al menos habitada, al licenciado Carlos Risco, sobrino nieto, por demás, de Vicente Risco, que días antes de la Navidad presentará en el Foro La Región sus artículos en este diario publicados cada domingo con el subtitulo de” Objetos a los que acompaño”, que me dice que ha recopilado en un libro de cuatrocientas páginas y lo corrobora enseñándome un volumen ya editado. El poético autor, más de las letras que de la música, ha hecho oficio en este pasado estío, acaso porque la demanda de su voz y guitarra no fue requerida para algún concierto o él, trotamundos donde los haya, cuando andaba por acá o acullá dando pedales, enriqueciendo su acervo, tampoco se daba margen; mientras, la singularidad de lo que escribe tuvo eco nacional en las páginas de El País hace escasos días.

Un joven suplica a gritos comida en el paseo; pero sosegamos nuestra conciencia con un "ese tío está chalado"

Otra vespertina, ni tibia ni con sol, vago por las rúas de Allariz. Me pareció la villa un tanto morna, tal vez por el grisáceo día, pero donde esperaba gran ambiente me hallé ruando entre sus calles, de escasas gentes a la compra en sus outlets. Me venía a la mente ese nombre de Ziralla, como la llamaba e escritor alaricano Puga Brau, que me impactó hasta el extremo de preferirla a Allariz, por su más exótico aire. Con la intención iba de verme con algún amigo, pero el tiempo escaso, la visita fugaz no daba más que para ir del campo de San Benito en lo alto, al Arnoia en lo bajo, recogiendo ese sabor medieval que la antaño amurallada villa desprende. No dio para más la visita, porque si diese, de cierto que la usaría para esas gratísimas charlas con el entrañable Quico o con su hermano Moncho Bouzas.

Y como de visitas va la cosa, Domi nos invita en su casa de Pereda, cercana a Cartelle, a unas manzanas que su madre en tanta estima tenía y ella, sí, pero que, de tan abundantes, la sobrepasan. Dominga Castiñeiras, prestigiosa abogada en Vigo, dio el salto desde su natal aldea, estudió en Cisneros, la licenciatura en Santiago para ser habitual en los vigueses tribunales donde ahora su hija Sonia, más que sucederla en la profesión, comparte con ella labores de abogacía. Esta ejerciente me trae a la memoria la “emigración”, a los pocos años de foguearse en estos judiciales foros nuestros, de Alberto Viejo, Checho Cendón, Luis Carballo, Locho, hacia donde creyeron que más campo de acción, como fue, su traslado a Vigo al que seguiría el de mi hermano Ricardo. Fue como una marcha al unísono cuando también Nemesio Barxa ejercía en estos foros de la Ría de Vigo, pero matriculado para ejercer también aquí, en esta Auria. En la casa familiar de Domi, a cuerpo de rey tratados, recordamos a varios de estos colegas, mientras recogíamos esas lustrosas manzanas, que más aroma y sabor desprenden que las almacenadas al frio de las fruteras cámaras.

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