Opinión

Deporte

Cada cierto tiempo, las autoridades deportivas inician campañas para fomentar la práctica del deporte entre los jóvenes y menos jóvenes. El deporte es salud, salvo cuando a un deportista le persiguen las lesiones. Los lectores de edad provecta recordarán las recomendaciones para abandonar el “sillonbol”, o la que animaba a no quedarse quieto porque “quien mueve las piernas mueve el corazón”. Pero los nuevos cerebros políticos han descubierto un nuevo sistema para animar a la práctica del deporte que puede ser más eficaz que las apelaciones a la salud, al bienestar físico, a las operaciones bikinis para ambos sexos. La iniciativa que ya desarrollan algunas comunidades autónomas consiste en deducir de los impuestos autonómicos de la declaración de la renta una parte de lo pagado en las cuotas del gimnasio, la licencia federativa o de las aportaciones a un club deportivo. Por ahora solo aplican esta medida La Rioja y la Comunidad Valenciana, pero a nadie se le escapa de que lo que se deduce por la vía deportiva se ahorra en la vía sanitaria. Además de esta forma se anima a los asistentes a los gimnasios a perseverar y a no abandonar en cuanto que se olvidan los propósitos de Año Nuevo o a la vuelta de las vacaciones.

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