Opinión

La nueva ruta de Jinping

El presidente chino se encuentra en Francia para mantener un encuentro con el presidente Macron y también con la presidenta de la Comisión Europea Ursula Von der Leyen. A continuación Xi Jinping viajará a Serbia y Hungría.

La gira está directamente relacionada con el proyecto Nueva Ruta de la Seda que presentó Jinping para crear una gran plataforma de cooperación económica y comercial entre Asia, Europa y Africa, basada fundamentalmente en la tecnología, las magnoinfraestructuras que permitan la potenciación de los países menos desarrollados, inteligencia artificial y comercio relacionado con la vida del futuro. Todo ello con China como gran promotora y, evidentemente, como el país que saldrá más favorecido por apadrinar esa gran operación que moverá centenares de miles de millones de euros. Casi un centenar de países se encuentran involucrados en esta Nueva Ruta de la Seda, que tiene grandes defensores en Europa pero también países reticentes, como Italia. O con Alemania en fase de estudio -Sholz viajó a China hacia unos días- y que todavía no ha definido su situación.

El proyecto incluye grandes rutas terrestres y marítimas que unen los tres continentes, y China se juega mucho. En prestigio y en dinero.

Si hace una década era la gran impulsora del comercio internacional, y subvencionaba a países en desarrollo -el mundo consideraba que era propietaria en la sombra de medio continente africano- , hoy la deuda de esos países es tan descomunal que Pekín empieza a asumir que nunca podrá cobrarla. Pero además se ha reducido la inversión extranjera y reducido también el comercio exterior.

Pekin responsabiliza de esa crisis a la inestabilidad mundial, que provoca paralización de los capitales. Sobre todo las guerras de Ucrania y la siempre difícil situación de Oriente Medio, que en este caso bloquea las grandes rutas marítimas entre Asia y Europa. Jinping sin embargo confía en que los presidentes de los países que visita estos días comprendan que no pueden perder este tren, que les facilita el acceso a la tecnología más avanzada, a la Inteligencia Artificial, y a la financiación de infraestructuras de la máxima envergadura que se convertirán en elemento esencial del desarrollo económico de los países que se sumen al proyecto.

Los presidentes europeos que se reunirán con Jinping buscan la mayor información posible sobre la Nueva Ruta de la Seda y después actuarán en consecuencia. En el caso de la UE, esa actuación futura tendrá que ser común, consensuada. Eso explica el interés el presidente chino de verse con Von der Leyen.

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