La roja entre PP y BNG

Publicado: 11 jul 2024 - 00:10

Si la pelota se estrella en el poste, unos cuantos zoquetes seguirían sin apearse del burro, cargarían la culpa sobre el ADN del futbolista a partido pasado y se animarían en la insensible cruzada contra otros seres humanos que se arrojan al océano para huir de la desesperación. Pero el lanzamiento Lamine se coló por la escuadra, España se presentó en la final de la Eurocopa y, aunque no es más que fútbol, él y Nico, esas estrellas que ha traído la inmigración con talento de Guinea Ecuatorial, Marruecos y Ghana, le lanzan un cable inopinado a los menores extranjeros no acompañados (menas) varados en las solidarias Islas Canarias tras jugarse la vida en la dura travesía del Atlántico.

Pocas veces el resultado de un partido ha importado tanto en la sacudida de conciencias. Con la clasificación de la selección para la final se desinflan los cálculos electorales de mantener una posición dura contra la acogida de menores que alivie la situación canaria, salvo lo que defiende Vox y otros dirigentes de la verruga ultra que le salió por su derecha. Resulta sorprendente que una crisis migratoria de estas magnitudes pueda acabar penalizando más al partido que lidera la oposición que al Gobierno central. Santiago Abascal amenazó con romper los ejecutivos autonómicos en los que el PP necesita la muleta de Vox si se prestan el auxilio. El resultado de la selección puede haber reafirmado a Feijóo y al PP frente al chantaje. Sería curioso que Vox rompiese con el PP o viceversa. Tantas vueltas para acabar en la posición de Pablo Casado. Los menas que ahora parecen un problema pueden acabar siendo la solución, también en una semifinal que se complica. El Gobierno central también debería hacer más para regularizar a los 500.000 padres y madres de Nico y Lamine.

Por ser tierra de emigrantes, y porque Rueda gobierna con mayoría absoluta, la política gallega pasa el test de la solidaridad. El PP de Santiago raposea al pedir a la alcaldesa, la nacionalistaSanmartín, pantallas gigantes en la plaza Roja para ver la final. Buen intento de caño para examinar la cintura del patriotismo galego. La Roja en la plaza Roja con bando del BNG no debería chirriar, aunque sea por vecindad como Portugal.

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