Las Burgas para ricos y pobres, un proyecto de hace 100 años

El 1 de mayo de 1928, el alcalde de Orense recibía un escrito del gobernador civil en el que le anunciaba el envío de un proyecto que había llegado a sus manos de forma anónima. Se trataba de la memoria y planos del proyecto de un edificio que albergaría un hotel-balneario en las proximidades de las Burgas. Lo firmaba el ingeniero catalán Pedro García Faria, fallecido dos años antes y del que todos desconocían cómo había llegado hasta aquí. En su escrito oficial, el gobernador destacaba el “interés y cariño” que el señor García había puesto en su proyecto y su generosidad al donarlo a la ciudad.

Ourense, ciudad sana y hermosa

“Gran Balneario de las Burgas“. Así titula el autor su proyecto realizado en 1925, confesando que lo lleva a hacerlo “las condiciones vitales de esta capital que por la hermosura del país, por sus condiciones de subsuelo granítico es impermeable, tiene ausencia de paludismo, un índice mínimo de tuberculosis y merece ser incluida entre las que ansían conservar su salud y la de los turistas que tantos beneficios entrañan a las poblaciones que le dan facilidades para su estancia”. Don Pedro deja claro que dona al ayuntamiento su proyecto renunciando a los derechos, honorarios y a beneficio alguno.

Baños para ricos y pobres

El proyecto incluye un gran y lujoso edificio con hotel y balneario, y unos baños públicos en otro edificio, “más modesto, pero muy interesante”, según el autor, para ser utilizados por los pobres en los que, según él, “deben pensar los ricos, por humanidad ante todo, pero también por egoísmo, ya que las pandemias cuando se desarrollan en agrupaciones insalubres, abarcan a todos los habitantes”.

El arquitecto catalán propone que su grandioso edificio constituya “un lugar de cultura, recreo y atracción de Orense”. Quiere que los materiales utilizados sean de primera calidad y de procedencia local, tanto el granito como maderas y hierros, lo mismo que los obreros que lo lleven a cabo. El agua caliente deberá de usarse también para la calefacción del edificio. Don Pedro insiste en que todo debe de funcionar bien porque “a los que bien pagan se les ha de servir bien”. Por desgracia no conocemos muchos detalles del proyecto porque faltan unas cuantas páginas del mismo.

En cuanto a los “baños gratuitos para las clases desheredadas”, como los llama el arquitecto, se preocupa de que sean gratuitos, abiertos a todo el que lo desee y se les facilite una toalla. La existencia de estos baños la justifica porque; “conviene acostumbrarlos a los hábitos de limpieza y salubridad para contribuir a su bienestar, además de porque las infecciones generales alcanzan a todas las clases sociales, e insiste en que cuando se presente una persona a pedir un baño, debe de dársele “sin preguntarle su clase ni posición social, bastando su voluntad de tomar el baño”. El proyecto incluye jardines y árboles en el exterior “para disfrute de los turistas, los enfermos y los visitantes”.

El presupuesto para el Gran Balneario sería de un total de 395.693,97 ptas. Para el edificio de los baños públicos la cifra sería de 39.381 ptas. El total de toda la obra costaría 435.074,91 ptas. del año 1925. En su proyecto el ingeniero catalán incluía las siguientes fotos. (Fuente: Archivo Municipal)

El señor Pere

Pere García Fara (Barcelona 1858-1927), ingeniero de Caminos y arquitecto, realizó un trabajo especialmente importante al proyectar el primer plano del alcantarillado de la ciudad de Barcelona además del edificio de la Aduana. Un paseo de la ciudad lleva su nombre. A pesar de la búsqueda realizada en el archivo del Colegio de Ingenieros de Cataluña, no ha sido posible saber el porqué hizo el proyecto de la Burga, quién se lo encargó y quién lo envía al gobernador de Ourense un año después de su muerte.