Ángel, Benjamín y Manuel, tres históricos amigos en Bermello
En confianza
Manuel, Benjamín y Ángel son tres de los rostros que nos encontramos al entrar en una de las tiendas de la firma Bermello. Entre los tres acumulan varias décadas de experiencia asesorando a los compradores, ofreciéndoles un servicio personalizando, y atención. Un cúmulo de factores profesionales que hacen que quien entre una vez en el establecimiento, se convierta en cliente. Ellos son tres de las caras visibles de un amplio equipo de casi medio centenar de personas para los que el cliente, siempre es lo primero. Entre llamada y llamada y la atención a los compradores nos desvelan algunas de las claves de Bermello.
Si nos remontamos a los comienzos de Bermello, nos lleva a una tienda que nada tenía que ver con lo que es hoy en día, aunque, en cierto modo, sí tenía que ver con iluminar a los ourensanos. Se trataba de una tienda de santos y cirios, “y entre ellos se colocó una lavadora. Y así, poco a poco, según avanzaban los 70 y los principios de los 80, los productos electrónicos ganaron el espacio a los santos y los cirios”, comenta Manuel Gómez.
Fue en Bermello donde muchos ourensanos, a la par de la evolución del establecimiento, compraron su primera lavadora, televisión o nevera. Eran otros tiempos en los que “llevarse cualquiera de estos productos era un lujo y no todo el mundo podía permitirse tenerlos en casa, Eran unos años en los que comprar una lavadora podía suponer un desembolso equivalente a tres meses de sueldo”, añade Ángel Enríquez.
Evolución
Parece que ocurrió a años luz debido a la evolución a pasos gigantes que se han dado, y nos parece increíble que en aquel momento, como muchos de las personas más mayores de Ourense recuerdan, en el establecimiento de Juan XXIII, “la gente aprovechaba la acera para quedarse delante del escaparate viendo la televisión. O, para sintonizar alguna, teníamos que llevar hasta la antena y subir a los montes buscando la mejor señal”, comenta Benjamín Álvarez.
Corría la década de los 80, cuando los electrodomésticos entran de manera masiva en los hogares de las clases medias, y lo que antes era un privilegio que únicamente las familias más pudientes se podían permitir, comenzó a ser habitual en todos los domicilios para hacerles la vida un poco más fácil. De aquellas, “la gente se dejaba aconsejar, es más, incluso lo necesitaban. Iban a hacer un gasto importante y la idea era que lo que compraban fuese para durar ´toda la vida”, comenta Benjamín Álvarez.
Los años han pasado y Bermello ha ido creciendo hasta situarse como un referente para los ourensanos durante décadas. Ángel, Benjamín y Manuel coinciden en que tienen muy buenos clientes que los convierten en un comercio emblemático, pero ellos también tienen parte de “culpa” de que diferentes generaciones sigan confiando en Bermello a la hora de adquirir sus artículos para el hogar o electrónica. “Supongo que la buena calidad en el servicio, mucha gama de productos, la variedad de marcas, la atención de postventa… todo ayuda”, comenta Ángel Enríquez.
De Juan XXIII a Progreso, donde incluso contaron con un videoclub, y, en el 2001 al Centro Comercial Ponte Vella, un gran salto que les permitió convertirse en referente, con amplitud de horario y llegar al público de toda la provincia y de más allá de nuestras fronteras con todas las comodidades. “Siempre buscando ofrecer las novedades a nuestros clientes: del Vídeo al Dvd, la telefonía móvil, pantallas planas, smartphones… y para todo lo que nos traiga el futuro, ahí estará Bermello”, comenta Benjamín Álvarez.
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