El boom de los columpios o miradores turísticos destacó especialmente en el país vecino. Portugal cuenta, desde hace tiempo, con cientos de estos elementos colocados en otros tantos miradores que ofrecen una panorámica diferente de múltiples espacios del país. Este auge ha provocado que en algunos de ellos hayan innovado en su diseño y les hayan dado una forma peculiar. Hay columpios con dedicatoria a las brujas, otros con un caballo o incluso con un lobo.
"Baloiço das bruxas"
Uno de estos columpios peculiares se encuentra en la frontera con Ourense. Se trata el conocido como el "Baloiço das bruxas" o "Baloiço "Que as há...há". Está en Vilar de Perdizes, a poco más de 20 minutos de la provincia de Ourense. Uno puede columpiarse en él acompañado de una bruja y con la localidad lusa de fondo.
Columpio "do Cavaleiro"
En el centro de Portugal se encuentra otro de estos extraños columpios con vistas. En esta ocasión, a poco más de una hora de la provincia ourensana, podemos encontrar el conocido como "Baloiço do Cavaleiro", que destaca por ser un columpio en forma de caballo de madera que hace las delicias de aquellos que quieren compartir una buena imagen en sus redes sociales. En la misma zona también se encuentra otro elemento en forma de corazón que permite sacar otra buena panorámica de la zona, en Castro Daire.
Columpio para los amantes del ciclismo
Los amantes del ciclismo tienen un columpio especial para ellos. Se encuentra en Tamengos (Anadia) y ofrece una vista estupenda del paisaje que lo rodea. Destaca especialmente por la bicicleta que tiene en la parte más alta de la infraestructura de madera.
Columpio de "Pena do Lobo"
Otro de estos característicos balancines del país luso rinde homenaje a un animal, el lobo. La forma de la estructura sobre la que está el columpio tiene la forma de una cabeza de lobo. Ofrece una espectacular vista al entorno que lo rodea.
Miradores con forma de corazón y uva
Además de los columpios con formas, también destacan otros miradores con formas peculiares. Es el caso de dos de los miradores en la zona del Duero portugués. Uno de ellos tiene forma de uva y el otro de corazón. Ambos con sorprendentes vistas al río que baña la parte norte del país.
