El equipo dirigido por Jenaro Díaz practica un baloncesto alegre, atrevido y muy ofensivo

Gijón, siempre a todo o nada

El senegalés Michel Diouf, ante el pívot del Cornellá Silva. (Foto: El Comercio)
El arsenal de anotadores en el perímetro es la mejor virtud de un Gijón capaz de lo mejor y de lo peor.
Ted Berry, Jeff Bonds, Tarick Johnson, Sergio Rodríguez... Un arsenal de tiradores y un juego obsesionado con hacer puntos.

Jenero Díaz, ayundante en la selección española desde hace cinco temporadas, ha tomado las riendas de un Gijón marcado por la escasez de recursos económicos. La respuesta a los problemas fue clara. Un arsenal de anotadores exteriores, dos todoterrenos y un grupo de pívots con más hambre que recursos y trayectoria. El perímetro gijonés es temible pero la zona es quizá la más floja de la categoría.

Por fuera, Ted Berry y Tarick Johnson se bastan para masacrar a cualquiera. Dos anotadores compulsivos sin término medio. A su lado están un tirador de rachas pero fiables como Sergio Rodríguez y un base de garantías como Rubén Suárez.

En la zona, la historia cambia radicalmente. Molnar y Diouf tienen todavía más planta que juego, aunque el rumano muestre una interesante progresión en las últimas semanas. Dos torres, una con un presumible buen futuro, el senegalés del Barcelona, y la otra con un escaso presente.

Lo más fiable del conjunto asturiano en la zona es Jorge Coelho, al que pretendió Dani García para completar el juego interior. El físico del internacional portugués le permite hacerse notar en la categoría, aunque ni en Palencia la campaña pasada ni en Gijón ésta esté cerca de marcar las diferencias.

Bonds y Cano

En medio de estos dos bandos tan antagónicos están los dos jugadores más completos del equipo. Jeff Bonds es un todoterreno capaz de ser importante en cualquier faceta del juego. Su ausencia en Palencia dejó al equipo tan cojo que no fue capaz de competir en ningún cuarto. Lo más parecido al americano es un David Ortega que por fin ha dado el salto al baloncesto profesional después de haber demostrado en categorías de menos potencial su enorme calidad. Con ellos, el equipo adquiere un equilibrio que sin él le convierten en un rival asequible.

Gijón, en fin, un equipo capaz de ganar a lo grande y de perder con estrépito, un rival complicado para un COB con mucha más presión encima.


Te puede interesar