Hoy se celebra la penúltima jornada de la Mobile Week Ourense, centrada en la educación, y el Centro Cultural Marcos Valcárcel acogió un debate sobre la formación, el talento y la inclusión de colectivos desfavorecidos. Participaron en este encuentro el presentador Juanma Romero, como moderador; Elena Vázquez, decana de la Facultade de Matemáticas de la USC; Carlos Jardón, director de IT (Tecnología de Información) en Abanca; Carmen Fernández, decana da Facultade de Ciencias da Educación de la USC, y María José Rodríguez, directora de e-learning en el Centro de Supercomputación de Galicia (Cesga).
“Muchos nos hemos dado cuenta con la pandemia de que podíamos educar a través de internet”, reflexionó Romero, quien además reflejó su experiencia durante el confiniamento como padre de familia numerosa con seis hijos.
Por otro lado, Carmen Fernández, con más de veinte años de experiencia en el sector educativo, reconoció que, durante el confinamiento, “el sistema educativo no fue capaz de responder de forma rápida a la necesidad de seguir la docencia de forma telemática, por las carencias en alfabetización digital”.
Por su parte, Vázquez aportó que “hay una parte emocional en la tecnología que debemos integrar en la comunicación digital y tener presente cuando enviamos los mensajes”.
Uno de los temas planteados por el moderador fue la lucha contra la brecha digital. “En el siglo XXI, esta problemática ya no debería estar en si se cuenta o no de infraestructuras, porque ya se deberían haber dispuesto; sino en quiénes son capaces de emplear las tecnologías de forma capaz y quién no. Pero nuestro país aún tiene una asigntatura pendiente en cuanto a estas infraestructuras para la digitalización”, planteó Fernández.
En cuanto a los diferentes niveles de destreza para los diferentes grupos sociales, “a veces, con las nuevas tecnologías, los mayores se enfrentan a saltos muy complicados”, puntualizó Vázquez, para quien “lo importante está en el conocimiento y también las relaciones”, llamando a no olvidarse de los afectos, porque “no se hace ciencia sin pasión”. Además, “aún hay cierta diferencia entre hombres y mujeres en cuanto a brecha digital, en el acceso y el uso de las tecnologías”; añadió Rodríguez.
“Debemos abordar la brecha digital desde perspectivas diferentes, diseñando programas y actividades para reducirla que tengan en cuenta las distintas generaciones a las que se dirigen. Por ejemplo, una educación centrada en los riesgos de la tecnología para los más jóvenes, y formación y acompañamiento para los mayores. El mundo está cambiando mucho más rápido de lo que podemos asimilar, y tenemos que ser ágiles para que no nos atropelle todo lo que está viniendo”, añadió Jardón.
“Los alumnos de hoy trabajarán en empleos que hoy no existen”, puntualizó Vázquez. Por tanto, “debemos formar a la gente en conocimientos sólidos pero con mentalidad muy abierta”.
“Más que retener talento, lo que debemos es ayudar a crearlo. Esto implica un cambio copernicano en el pensamiento de los políticos, huyendo de enfoques tradicionales que entienden el conocimiento de una forma enciclopédica e invariable”, prosiguió Fernández, porque “hoy el talento tiene mucho que ver con esas ‘soft skills’ de las que nos reíamos hace décadas y que hoy en día son clave. El talento de hoy está relacionado con la capacidad de adaptación y de comprender un entorno cambiante desde muchos puntos de vista. Hoy, el conocimiento es conocimiento en acción, que se transforma”.
Aclarando también el valor de las emociones humanas, Vázquez reconoció que “mi punto más personal del confinamiento fueron los pésames que no pude dar”. El padre de Romero falleció durante el confinamiento, por lo que se vio obligado a retransmitir por skype el entierro de su progenitor. “La tecnología permitió a la familia ver al menos cómo le enterraban”, recordó.
El teletrabajo
Por su parte, Rodríguez explicó el sistema de teletrabajo del Cesga, que ya tenían establecido desde hace años, por lo que partían con ventaja en el confinamiento. “Y, durante este tiempo, en las reuniones telemáticas, me gustaba que veías a la persona en su entorno, en su ámbito doméstico. Eso era mucho más humano”, valoró. “Con los niños berreando”, bromeó Romero.
“Teletrabajar significa otra manera de relacionarse. Los primeros días, no había manera de entenderse
en las reuniones telemáticas. Pero la tecnología es una herramienta, no un fin, y hay que adaptarse”, prosiguió Jardón. Para el directivo, la Mobile es “una oportunidad de acercar las problemáticas tecnológicas a la ciudadanía, contando con ponentes de primer nivel”. Rodríguez inicidió también en el valor de esta oportunidad. Y, en palabras de Vázquez, “necesitamos unir el binomio Ourense y talento”. Por último, para Fernández, la tecnología es clave si se quiere “lograr la cohesión territorial”.
