Cartas al director

Pedro, no eres Suárez

A raíz de la carta a la ciudadanía que Pedro Sánchez publicó el pasado miércoles por la tarde, se me ocurrió hacer una comparación entre el actual presidente y el primero de la democracia.

La diferencia que marca todas las demás es que Sánchez es un perdonavidas, al cual solo le interesa mantenerse en el poder. Un político al que el Estado no le importa nada y que no tiene ningún principio más que el de su propia supervivencia. Suárez, por el contrario, era un señor, el cual supo dejar el cargo cuando fue necesario. Un presidente que en todo pensó que era lo que más beneficiaba a su país y que se regía por una moral.

Otra gran diferencia son las formas: Suárez, que como digo antes era todo un señor, fue de frente y sin rodeos. Dio un discurso televisado en el que durante 10 minutos exponía el porqué de su marcha.

Sánchez sin embargo publica una carta en la que tira la piedra y esconde la mano. Frases que no dejan nada claro, sino que simplemente están adornadas con cursilerías varias.

Adolfo Suárez habló con gran solemnidad y usando frases como: “mi marcha es más beneficiosa para España que mi permanencia en la presidencia” o “yo no quiero que el sistema democrático de convivencia sea una vez más un paréntesis en la historia de España”. El actual presidente, sin embargo, hizo declaraciones vergonzosas y empalagosas, impropias del principal miembro del ejecutivo, como por ejemplo: “me urge parar y reflexionar” o “soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer”.

En definitiva, vemos cuanto ha perdido la política en estos años.

Aun con esta carta, que nadie se engañe, no dimitirá. No deje que le confundan con ñoñerías del tipo “profundamente enamorado de mi mujer”, de lo que Sánchez está verdaderamente enamorado es del poder.