El Barbadás acaba con el Pontellas con un gol de José Ramón en el 91 y un penalti en la prolongación que repelió Borja
Noventa y pico minutos de juego en el campo de Os Carrís se resumen en apenas dos o tres, los que fueron del gol del Barbadás al penalti que detuvo Borja para que la victoria se quedase en casa. Por el camino, un 1-0 confuso y protestadísimo por los visitantes, en especial por el portero, y una señalización inverosímil posterior con la que compensar un posible error. El más beneficiado de ello fue el guardameta azulón, que salió como un torero de los buenos, entre ovaciones y peticiones de algo más. Evaluación del partido, cuatro victorias en cuatro comparecencias como local del conjunto ourensano, la fiesta continúa.
No fue hasta la segunda parte cuando el Barbadás inclinó el campo a su favor, ante un Pontellas que poco apareció en ataque. Fue el primer acto discontinuo, con muchas carreras y nada de fútbol. Mucho físico y poca cabeza. Ni rematador para los centros laterales ni nadie que la pegase con verdadera intención desde fuera.
Ya en la segunda mitad, Unai tuvo que sacar la manopla para que Cheri no empujase a la red, pero sobre todo la tuvo David Soares, al que el cabezazo se le fue por un pelo.
Repuestos del susto que supuso el mano a mano de Piris con Borja, el centro de Mario lo buscó José Ramón, que terminó haciendo el gol como pudo, quién sabe si con la mano o llevándose por delante al guardameta. Los lamentos de Unai no hicieron al árbitro retroceder, pero sí pudieron tener su efecto unos pocos minutos después, cuando un centro sobre el área del Barbadás acabó inexplicablemente con la señalización del punto de penalti. Yago lo lanzó y Atanes lo repelió lanzándose a su derecha. Su momento de gloria.
