Mario Iceta, arzobispo de Burgos, estuvo acompañado en la rueda de prensa por la secretaria de la Federación de Hermanas Clarisas de Nuestra Señora Aránzazu, Carmen Ruiz; el vicario judicial de la archidiócesis, Miguel Gómez Arce y Rodrigo Saiz García, director del Departamento de Asuntos Jurídicos del Arzobispado.
El arzobispo Mario Iceta, como comisario pontificio y representante legal de los conventos de Belorado, Orduña y Derio de las Clarisas, explicó en rueda de prensa que una vez excomulgadas y expulsadas de la vida consagrada, las diez exmonjas “no tienen derecho legal a permanecer en los monasterios, por lo que deben marcharse”.
Excomunión y expulsión
El pasado sábado, 22 de junio, se informó de los decretos de excomunión y de la expulsión de la vida consagrada a diez hermanas del Monasterio de Belorado que “mostraron su decisión libre y personal de abandonar la Iglesia Católica”, recordó el prelado burgales, quien apuntó que “al ser personas preparadas” entienden que al abandonar la Iglesia “también deben dejar los monasterios”, ya que son “bienes eclesiásticos”.
No obstante, a pesar de las excomunión de las diez monjas, sigue existiendo Comunidad monástica en Belorado que está formada por las cinco hermanas mayores y otras tres hermanas que, aunque en este momento no se encuentran en el monasterio, pertenecen a la Comunidad.
La previsión de la Federación de Clarisas de Nuestra Señora de Aránzazu es la situación de estas hermanas, la previsión es atender a estas hermanas en el mismo Monasterio de Belorado, desplazando a algunas monjas procedentes de otros conventos de la Federación.
![La secretaria de la Federación de las Hermanas Clarisas de Ntra. Sra. de Arantzazu, la hermana Carmen Ruiz, y el arzobispo de Burgos, Mario Iceta (EP)](/media/laregion/images/2024/06/25/2024062500232885385.jpg)
Un proceso pacífico
Durante su intervención, Mario Iceta manifestó su confianza en que el proceso sea “pacífico y sereno” aunque recalcó que “todo depende de ellas”, por eso se les va a conceder “un plazo prudencial” para que ellas mismas abandonen el monasterio antes de tomar medidas legales.
Asimismo, el arzobispo de Burgos subrayó que la excomunión es “algo reversible”, de hecho en el manifiesto que leyó declaró que “la iglesia está deseosa de que vuelvan una vez recapaciten y se den cuenta”, al tiempo que insistió en que “son ellas las que deciden abandonar la Iglesia, no se las echa”.
El arzobispo de Burgos indicó que desde el 13 de mayo “se ha estado a la espera de abrir un diálogo con la comunidad” pero que tras diversos y variados intentos “la actitud de la comunidad no ha hecho posible establecer diálogo alguno”.